domingo, 3 de octubre de 2010

Masa Crítica o la comunidad de las bicicletas


Siento que la bici es parte de mi cuerpo, después de casi cuatro horas de rumbear por la ciudad...

El punto de encuentro era, como todos los primeros domingos de cada mes, el obelisco. Y de ahí, como una especie de improvisación de recorrido, todas las bicis reunidas, andan por la ciudad, por los distintos barrios, por la perisferia. Las bicicletas se vuelven visibles y ocupan su lugar en la calle, o la calle entera, desbordando las bici sendas (gracias Macri!) y los semáforos.

Del obelisco a Costanera sur, de Costanera sur para arriba, cruzando las avenidas, ocupando todo el carril de la 9 de Julio, y ahí adelante, está la tentación de tomar la autopista…por esta vez se supera, y llegamos a Independencia, vamos a Constitución, San Telmo, San Cristobal, a veces con un sol de frente que ni los anteojos oscuros logran opacar, a veces con la música sonando cerca, otras con los saludos de los vecinos desde el balcón, o con las puteadas de los automovilistas, a las que se responde con un “uhuhuhuuhuhh” -como una tribu- o con el grito de “Bicis sí, autos no!!”.
Algunos de los espectadores se ríen y aplauden, otros se quejan. Cuando una bici se pincha, toda la caravana se frena y se la espera, igual que si alguien se cae o lastima.

Bicicletas: grandes y pequeñas, de ruedas anchas y finitas, de todos los colores, con canastitos decorados y bocinas. Bicicletas altas, bicicleta de a dos para los novios, bicicletas para los niños. Bajo la consigna “Un auto menos” los militantes de la Masa Crítica inundan las calles de domingo.
Ciclistas: jóvenes, viejos y niños transportados por sus padres, ciclistas preparados y prudentes con casco, pero también inexpertos y curiosos. Y otros que participan sin bicis, pero cumpliendo la consigna de no contaminar el aire: un skater, una patinadora y uno que siguió todo el trayecto corriendo

Adelante mío va una chica con una bicicleta tatuada en la espalda, a mi izquierda tres franceses con bicis extrañas, atrás un payaso que no paró de agitar, gritar y cantar en todo el camino. A veces la comunidad va muy junta, desparramando alegría, otras se disuelve, separada entre calles y autos.

El sol va cayendo, de a ratos parece perderse el rumbo, se duda, ¿a dónde va a terminar la bicicleteada? ¿En el centro cultural Bonpland o en Parque Centenario? Las aguas están divididas.

Hoy la Masa Crítica cumplió dos años de juntada de domingos. Fue un día de sol radiante que nadie quiso desaprovechar. Todos cantando el "Feliz cumpleaños" mientras bajábamos por Av. Córdoba, ya las ocho de la noche, atrás quedo plaza Almagro con su festival de tango... Bajamos, a toda velocidad, no hace falta pedalear, nos deslizamos sobre el esfalto. Se siente el vértigo y el placer de la adrenalina, del desplazarse fácilmente después de cuatro horas de pedaleo.
Vuelve a mí el pensamiento: cuando uno anda en bici es más feliz.

1 comentario:

  1. Buen post. Estuve, y para mí fue el paseo más masivo y colorido de la Masa Crítica. Me alegra que la movida esté siguiendo su línea ascendente.

    saludos

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